«He tratado de encontrar los versos perfectos para escribir y dedicarte. La realidad es que en amores pasados, ya lo había hecho. Pero está vez quiero, que seas la musa, no de mis poesías ni de mis pensamientos. Quiero que seas mi inspiración para luchar cada día. Quiero vivir contigo los versos que aún no he escrito, las palabras que no han sido inventadas todavía, quiero que seamos en cuerpo y alma, pura poesía».
De versos y sombras
16 de enero de 2016
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Quiero perderme desenfrenadamente en tus orillas,
Para al fin ahogarme en tu mar.
Bañar mi cuerpo en cada grano de arena
Que conforma tu ser,
Que adorna tu piel.
Quiero danzar entre las olas de tus caderas,
En ese vaiven de tu estrechez.
Anclar mis labios en tus aguas,
Espumosas, agridulces y cálidas.
Quiero sumergir mi cuerpo en tus profundidades,
Sentir que tus corrientes me arropan
Que a mi piel arrastran,
Tú, mi mar y yo,
Eterna sirena del alba.
Evadne Dos Torres
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Reposa mi niña grande,
Reposa en el marfil burdo de mis caderas
Tus dedos,
Espías pardos
Simulan arcos en el jardín.
Duerme, mi niña, duerme
En la mía, tu boca
Canta el partir
De los labios sonoros
Sangre, miel, elixir.
Sueña, mi niña, sueña,
Nadando en el pecho febril
Entre las cálidas olas
Palpitantes, sin fin.
Anda, mi niña, anda
Venus no es prohibida.
Tierna niña, camina
Por la arena movediza.
No temas, no resistas
La diosa te espera,
Consentida
En el paraíso florido.
Refugia, niña, refugia
Piel, alma y huesos
Pierde, cordura y seso.
En la tierra prometida
Suspiras hasta los versos,
Producto de tu fascinación.
Evadne Dos Torres
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Baila mi musa,
Danza en los confines de mi mente,
Como una ola,
Que va y viene
Hace vueltas y piruetas dentro de mí.
El ritmo de la música,
El compás de mi corazón
Hacen que se adueñe
De lo que queda en mi pecho.
Danza mi musa, baila
A paso firme pero como seda
Que no hiere ni envenena,
Pero como enredadera
Se ramifica por todo mi ser.
Baila, mi musa,
Danza el toque de sus dedos
Por cada poro en mi piel.
Canta, mi musa, canta
De su boca carmesí,
Brotan notas de miel
Que en el aire viajan
Y llegan a mi boca.
Canta, canta mi musa,
Las notas en el pentagrama
Que guarda su corazón,
La más bella canción
Que a lo más secreto de mi exalta.
Es el sabor en su voz,
Dulzura que no empacha
Que, a mis adentros impacta,
Sangre en mis venas; furor.
Danza mi musa, danza,
Con los latidos de mi corazón.
Su cantar es mi droga,
Su melodía, mi amor
Con los dioses de testigo,
Hagamos en nuestro danzar,
Una mujer, de dos.
Evadne Dos Torres
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Nacida entre arena y mar
las olas forman tus ropas,
ojos de fuego, piel de seda
quiero perderme en tus caderas.
De tus cabellos brota la brisa
que tiernamente me acaricia,
tus manos son refugio de mi alma perdida;
quiero ser eterna prisionera de tus caricias.
Son tus labios dulce manantial,
que nunca quiero dejar de besar
para perderme entre la miel,
dulce néctar de tu boca.
Es tu cuerpo el paraiso
donde quiero vivir,
donde me quiero perder
sin encontrar la salida.
Son tus palabras ese hechizo,
que me ha cautivado
tu alma, mi diosa, es mi delirio;
mi amor es tuyo, mi corazón tu destino.
Evadne Dos Torres
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La blancura en tu piel,
La suavidad de tus poros
El terso sentir de tus dedos,
Estremecen todo en mí.
La tierna mirada,
La dulce sonrisa
La risa traviesa,
Se absorben en mi ser.
No has de ser, ni Venus ni Afrodita,
Pero eres mi diosa favorita
Mi musa, que desprevenida
Me hace perecer.
Hagamos, de esta tierra mundana
Nuestro Edén soñado, nuestro Paraíso prometido.
En el océano de tus caricias
Y en tu mar de besos,
Quiero nadar eternamente.
Para perderme en tu aroma,
Que de sólo percibir me aprisiona
Lo alucino entre sueños
Cuando no te he de tener.
Manantial de amor,
Eres por doquier.
Reinarás y reconstruirás la fortaleza de mi corazón,
Y yo, te amaré por siempre,
Seré guardián de tu amor.
Evadne Dos Torres
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Baúl de versos y sombras 