Más allá de los ojos

Eres capaz de verme sin ni siquiera tener que mirarme. Y es que desde lejos, puedes transportarte directo a mi alma. Tienes, la capacidad de abrir las puertas herméticamente cerradas, de lo más profundo de mi ser. Que ante ti, se deja entrever, por qué aún, de cierta manera se esconde. Puedes, descifrar mis misterios y mi complicidad, con facilidad, por que has aprendido a conocer el código que rige mi mente.
No es necesario estar frente a frente para que sepas, lo que estremece mi cuerpo, lo que acalora mis adentros.  Conoces mis síntomas de fragilidad, cuando en la oscuridad y en el silencio se perturban mis pensamientos. Y es que somos tan diferentes, al mundo y a los demás, que nos sabemos mirar más allá de la piel, de lo que ve la gente: logramos descubrirnos las almas.

De versos y sombras (2016)
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Prisionera

Entre la niebla, oscuridad infinita
Yace encadenada el alma de una niña,
aprisionada; piel perforada y mal herida.

Su agua se ha vuelto sangre,
Manantial de sus lágrimas.

Deshójame poco a poco,
Sin piedad, arranca lo que queda en mi rostro,
De aquella una vez, llamada felicidad.

Pedía, sin casi poder gritar,
Aquella boca rota, aquellos labios maltratados,
Que por enredaderas venenosas fueron amarrados.

Destruye de mí lo único  que queda,
Esta filtrafa de cuerpo,
De alma arrancada
Y ropas despedazadas.

Imploraba en sus pesadillas,
De ánima atormentada,
Liberarse de las rejillas
Por las cuales era aprisionada.

Prisionera
Enemiga de sí  misma,
Maltratada por los engaños  de aquella hiedra
Que un día  la enredó  con su falso amor
Y la destruyó  con sus espinas.

Evadne Dos Torres
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Resurrección de corazón

Abre mi pecho, como en cirugía,
Desconecta mis venas y arterias
Deja que mi sangre se escurra por mi cuerpo,
Arranca con tus manos delicadas,
Este corazón  en desvalía.

Cose poco a poco sus pedazos,
Con hilos de amor y ternura
Para ir reconstruyendo a este pobre corazón,
Que terminará  con miles de costuras
Por su pasada destrucción.

Asegúrate,  que de entre las costuras no caigan gotas,
De la sangre envenenada de mi roto corazón.
No dejes que manchen el resto de mi cuerpo,
Tornado grisáceo  por las veces que latió.

En corazón  de cianuro,
Un día  se convirtió ,
Succiona de él,  el mortífero  ácido
Que poco a poco lo mató.

Cirujano de mi corazón,
Ya que has sellado las heridas
Y arrancado el mortal veneno,
Devuélvele a mi cuerpo la vida.

Evadne Dos Torres
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Alucinógeno

Cuerpo hecho cenizas, 
Alma transformada en viento,
Llamas apagadas en humo;
Tierra en gusanos, espíritu  impulcro.

Ojos siniestros de mirada tenebrosa,
Piel putrefacta, desangrada, incolora.
Risa poseída,  de un mal infinito
Manos estremecedoras,
Llanto como grito.

Aliento, veneno mortífero
Temperatura como témpano.
Contacto malvado, efímero.

Guardián  de las tinieblas,
Que ahogas las penas.

Dolor alucinógeno,
Que impredeciblemente tomas forma
De lo más  abominable,
Criatura detestable
Que a mi corazón  arropas,
Cadenas, espinas
Clavas y matas.

Evadne Dos Torres
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Fuego

El sólo  roce de tus dedos,
El toque de tus manos
Hace brotar de mi piel
Aquél  leño  apagado.

Es el latir de mi ser,
Provocado por tus caricias
Que hacen encender esa chispa
Que ahora, brilla por doquier.

Infinita pasión  que habita en ti,
Calienta este cuerpo frío,
Seamos, amantes hasta el fin.

Recupera la razón  mi corazón,
Con tu ternura y tu entrega
Has construido una hoguera
En lo más  profundo de mí.

El mirar de esos ojos chispiantes
El sentir tan cerca tu cuerpo, antes distante
Han logrado que yo me rinda en este duelo
Has encendido en mí,  el eterno fuego.

Evadne Dos Torres
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